lunes, 29 de noviembre de 2010

Industriales reclaman políticas para reactivar la producción

Según Conindustria las medidas aplicadas tras la devaluación no dieron resultados

La tan esperada reactivación del aparato industrial tendrá que esperar un año más. Aunque la retórica oficial defiende los resultados de las medidas implementadas tras la devaluación, las cifras y el sector privado apuntan en otra dirección.

Ricardo Menéndez, ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (Mctii), destacó la semana pasada los frutos del Fondo Bicentenario, creado en enero con la finalidad de impulsar la producción.

Según detalló, han entregado alrededor de 2.800 millones de bolívares a unas 300 empresas que, en algunos casos, lograron incrementar su rendimiento en un 40%, y que han propiciado 9.700 empleos.

Sin embargo, Carlos Larrazábal, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), considera que el Fondo Bicentenario no ha tenido un impacto en la "economía real".

"Ahí se habla de proyectos pequeños muy puntuales pero no se ven los resultados concretos, muchos de esos proyectos después que arrancan no tienen una auditoría adecuada, pero en la economía real y en las cifras que refleja el Banco Central de Venezuela (BCV) no se ve esa recuperación".

En efecto, los datos del BCV reportaron un crecimiento de 1,8% de la industria manufacturera en el tercer trimestre, pero esa cifra es muy baja si se tiene en cuenta que la industria local acumulaba una contracción de siete trimestres consecutivos.

Aunque el sector de los alimentos y bebidas registró una subida de 15,6%, otro como el del caucho y plástico retrocedió 7,3%, metales comunes cayó 43,2%, muebles 30,5% y maquinarias y equipos 29,5%.

Adicionalmente, Larrazábal señala que el Fondo Bicentenario es una vía para apuntalar las nuevas formas de propiedad que impulsa el Ejecutivo, las cuales están al margen de la Constitución nacional.

"Son empresas donde el Estado sigue siendo socio, donde la libre iniciativa de cualquier ciudadano de montar una empresa propia, con su esfuerzo, con el apoyo del Estado, que siempre es bienvenido, no se ve porque el Estado quiere tener una participación".

El propio Presidente de la República expresó la semana pasada "este fondo apoya a la microempresa para construir un modelo económico que engrane a la propiedad social, comunal y privada".

Menos exportaciones

Otros de los indicadores que desnudan la realidad de la industria local es el de las exportaciones. Los datos del BCV reflejan que en los nueve primeros meses de este año las exportaciones no tradicionales fueron de 2,45 millardos de dólares, lo que supone una leve contracción de 1,2% respecto al mismo período del año pasado.

El bajón es de 56% si se compara con los resultados de 2005, año del mayor volumen de exportaciones no petroleras. Incluso, con el ritmo de ventas al exterior que presenta 2010, luce difícil alcanzar los montos de 1999, cuando las exportaciones rondaron los 4.000 millones de dólares.

Paradójicamente, en enero el Gobierno anunció el 0800 EXPORTA como otra de las iniciativas para auxiliar a los productores. "Esto no es más que un centro de contacto (...) para quienes quieran sustituir las importaciones y quieran exportar (...) para que su producción sea más firme y esté en capacidad de cubrir mayores áreas de producción", dijo Hugo Chávez en ese entonces.

Y es que para los industriales en los últimos tiempos se ha complicado más la posibilidad de colocar productos venezolanos en otros mercados. "Hoy en día exportar es prácticamente imposible", sostiene Larrazábal, al tiempo que asegura que la política cambiaria y la ineficiencia en las aduanas son los principales obstáculos que enfrentan los fabricantes.

Para el directivo, la única forma de fortalecer el tejido industrial es propiciar la inversión, respetar el modelo socioeconómico contemplado en la Carta Magna y frenar la política de expropiaciones como una forma de castigo para los empresarios privados.

"Seguimos sin cumplir la promesa que hizo el Gobierno hace 12 años de tener una economía diversificada, no dependiente del petróleo. Se necesita una industria fuerte y competitiva que pueda competir con las grandes industrias brasileras, chilenas, americanas, europeas, que son las que están en los grandes mercados internacionales".

El Universal

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