miércoles, 10 de noviembre de 2010

El camino a la ruina

Bauxilum perdió Bs 1.107 millones en 2009. A esto se suman casi 2 mil millones de bolívares de pérdidas en Alcasa y alrededor de 3 mil millones en Sidor La empresa proyecta cerrar el año por debajo de tres millones de toneladas de bauxita

El domingo 17 de octubre, desde Bielorrusia, el presidente Hugo Chávez anunció: "para este año 2010 estamos aumentando nuestra producción de bauxita, que debe llegar a 6 millones de toneladas".

Hablaba de faraónicos proyectos de explotación minera de nuestro país y el que gobierna el dictador Lukashenko en forma conjunta en África, aunque al sol de hoy nadie entiende por qué se autoasignaba la autoridad para disponer de planes en África.

Hablaba también de "exportar aluminio" a Bielorrusia, "tal como ahora exportamos petróleo". Casi simultáneamente, llegaba a la junta directiva de Bauxilum el informe final y definitivo de auditoría del ejercicio 2009 de esa empresa, que es la base de la cadena industrial del aluminio.

En Bauxilum Los Pijiguaos se extrae la bauxita del cerro con ese nombre, un enorme yacimiento de ese mineral. Y en Bauxilum, planta, en Puerto Ordaz, 300 km Orinoco abajo, la bauxita se transforma en alúmina, materia prima que junto a enormes descargas de energía eléctrica le permiten a Venalum y Alcasa producir aluminio.

El informe final de auditoria contable 2009, ya mencionado señala que por vez primera en su historia de 25 años, Bauxilum acumula pérdidas por ¡1 mil 107 millones de bolívares!, lo que se suma casi 2 mil millones de bolívares de pérdidas en Alcasa y alrededor de 3 mil millones en Sidor.

¿Quién responde por ese desastre? Unos pocos días después del sorprendente anuncio de Chávez de los 6 millones de toneladas de bauxita como producción venezolana en 2010 la presidencia de la empresa analizaba el informe real, el verdadero de la situación de la empresa, tras seis años de abandono de las inversiones y el mantenimiento; tras seis años de dizque "socialismo" con "estatismo salvaje": la trituración de bauxita en los patios de la empresa llegaba al 31 de octubre, a tan sólo 2 millones 400 mil toneladas cuando quedaba apenas un mes o quizás cinco semanas de "zafra", antes que la bajada del nivel de aguas del Orinoco, igual que todos los años, haga imposible la navegación de los enormes trenes de gabarras que bajan el mineral hacia Puerto Ordaz.

"No parece que siquiera podamos alcanzar las tres millones de toneladas de bauxita como producción de este año", señalan los técnicos, sin ocultar su tristeza, recordando que sólo los más antiguos tienen memoria que Bauxilum haya llegado tan bajo, pero era en aquellos años en que la empresa comenzó a operar y daba sus primeros pasos.

"Estamos pagando tanto desorden, tanto abandono, todo el desastre de estos años de supuesto socialismo", dicen los dos principales dirigentes sindicales de Bauxilum, tanto en Puerto Ordaz como en Pijiguaos, Edgar Valentine y José Luís Morocoima.

COMPARANDO
Es curiosa la coincidencia de personas de factores muy divergentes en un mito comprobadamente falso, ese que dice que "esas empresas de Guayana siempre dieron pérdidas, nunca fueron rentables".

Lo dicen algunas personas del universo opositor en otras zonas de Venezuela que alguna vez escucharon esa versión destinada a despreciar el proyecto industrial de Guayana y la repiten también algunos chavistas que creen que de esa manera justifican la ruina a que su gobierno llevó a Guayana. Ambos dicen cosas inciertas.

Bauxilum tenía 11 años seguidos produciendo sobre 4 millones 200 mil toneladas de bauxita y seis de ellos sobre 5 millones, rozando dos veces los 6 millones.

Bauxilum tuvo cinco años continuos de ganancias entre 100 mil y 300 mil millones de bolívares (de los viejos) a pesar de las deudas que siempre arrastró de Alcasa.

La brutal caída tiene un sello: el uso populista politiquero de la empresa, los malos negocios, el clientelismo político rojito y el abandono total del mantenimiento y las inversiones a partir de 2005.

En la Mina, sólo trabajan 4 de 12 camiones roqueros, están dañados los equipos "cargador-apilador" y parte de los sistemas de transportación y trituración. Las empresas de transporte fluvial, carga y descarga han sido sometidas a la destrucción por deudas de hasta dos años, al punto que este año "la zafra" comenzó con un mes de retraso, aunque el Orinoco estaba en el nivel necesario. Y en planta, el deterioro es visible en áreas fundamentales como los intercambiadores de calor.

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