En el primer semestre de este año las importaciones del sector privado ascienden a 11 mil 101 millones de dólares, una magnitud que implica un descenso de 33% respecto a 2009 y el nivel más bajo desde 2006.
En contraste, las compras del Estado en el exterior suman 6 mil 267 millones de dólares en el primer semestre de este año, una cifra que se traduce en un salto de 34,4% respecto al mismo lapso de 2009 y en la cifra más elevada desde 1997.
Las importaciones del sector privado, un indicador clave de cómo marcha la producción de las empresas y el consumo, descienden en todos los rubros. Los productos destinados al consumo final caen 37%, la compra de insumos para producir declina 30,6% y la adquisición de maquinarias y equipos se contrae 33,7%.
El Estado duplica las importaciones destinadas al consumo final, mantiene estáticas la de insumos con un mínimo incremento de 0,7% y eleva en 18,7% la compra de maquinarias y equipos, básicamente, a través de la adquisición de plantas termoeléctricas.
La sequía
Si bien es normal que en una economía en recesión disminuyan las importaciones, el sector privado se ha visto forzado a recortar sus compras en un entorno donde las divisas se han tornado escasas. La industria petrolera, que provee 95 de cada 100 dólares que ingresan al país, atraviesa por un ciclo donde disminuye la producción y contrae en términos relevantes el volumen de los barriles exportados.
En el segundo trimestre de este año, el volumen de los barriles exportados cayó 16,3% y Pdvsa solo entregó al Banco Central la mitad de los petrodólares que recibió el país. El Banco Central es el encargado de entregar las divisas que autoriza Cadivi y en la medida en que cuenta con pocos dólares se ve forzado a disminuir la velocidad con la que surte al sector privado. Al cierre del primer semestre el Banco Central tenía como porción líquida de las reservas internacionales; es decir, divisas que puede entregar inmediatamente, 9 mil 932 millones de dólares, mientras que en el mismo período de 2009 contaba con 18 mil 112 millones.
En esta reducción de 45% en las divisas líquidas del Banco Central interviene, además de la poca recepción de petrodólares, el traspaso de 18 mil millones de dólares al Fonden entre 2009 y el primer semestre de este año.
El riesgo
Empresarios han advertido que la disminución en la recepción de dólares puede traducirse en escasez de productos importados, pero analistas consideran que el declive del consumo ha ayudado a que los inventarios no se agoten.
Sin embargo, el desajuste está presente. El indicador del Banco Central que refleja la diversidad de productos en Caracas se ubicó, en promedio, 10% por debajo del primer semestre de 2009, mientras que el índice que mide la escasez de productos básicos se incrementó 4,8%.
Una crisis de grandes proporciones no luce cercana. El indicador de escasez, si bien ha aumentado, se mantiene 24% por debajo del promedio alcanzado en el primer semestre de 2008, período en que el mercado sintió con fuerza el desabastecimiento en rubros básicos. No obstante, hay sectores donde los problemas son agudos. Una de las tareas más difíciles para los venezolanos es comprar un vehículo nuevo porque la caída en la entrega de dólares para la importación ha secado la oferta. Para disminuir la sequía de divisas y alejar el riesgo de desabastecimiento el Gobierno recurrió este mes a la emisión de bonos en dólares.
El Universal
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