Las ventas al exterior no asociadas al crudo descienden 58% respecto a 2006
En medio de una economía cada vez más dependiente de la renta petrolera, el 8 de enero de este año Hugo Chávez devaluó la moneda y creó dos líneas telefónicas, el 0800Exporta y 0800Produce, para "quienes quieran sustituir las importaciones y, obviamente, quienes quieran exportar".
Por ahora la estrategia no logra contener el deterioro. Las exportaciones no asociadas al petróleo solo representan 775 millones de dólares en el segundo trimestre, lo que se traduce en un descenso de 8,9% respecto al mismo lapso de 2009, después de una fuerte contracción en las ventas de productos de acero, plásticos y químicos.
Si se observa el desempeño en todo el primer semestre, las exportaciones no petroleras reportan mil 593 millones de dólares, cifra que arroja un profundo descenso de 58% respecto al mismo lapso de 2006, cuando se alcanza el mayor nivel de la década (3.793 millones de dólares); y estancamiento, si se toma como referencia los mil 533 millones obtenidos en 2009.
José Guerra, ex gerente de investigación económica del Banco Central, indica que si bien podría argumentarse que es poco tiempo para que la devaluación de la moneda rinda frutos en materia de exportaciones, el tema de fondo es que "no hay nada que exportar diferente al petróleo, no hay industria".
La producción industrial privada, la herramienta que permitiría diversificar las exportaciones, se ubica al cierre del primer semestre en el nivel más bajo desde 2005, con un descenso de 5,5% respecto al mismo período de 2009.
Al contrastar con el primer semestre de 2008, lapso en que el sector alcanza la mayor producción de los últimos seis años, el desplome es de 15% e incluso de 3,5% versus 1998.
El país ha profundizado un patrón rentista donde básicamente exporta petróleo, obtiene divisas para importar y gastar internamente mientras que la industria nacional disminuye la producción.
En este momento el petróleo aporta 95 de cada 100 dólares que ingresan a Venezuela.
Mezcla tóxica
Entre 2005 y enero de 2010 el gabinete económico mantuvo fijo el precio del dólar a pesar de que el país sufrió en este lapso una inflación muy superior a la de sus socios comerciales.
La consecuencia es que la moneda se sobrevaluó enormemente, es decir, los productos importados resultaban mucho más baratos que los nacionales.
José Guerra afirma que "estamos viendo el resultado de anclar el tipo de cambio para bajar la inflación: se acaba con la industria y luego la inflación rebota".
El propio Hugo Chávez reconoció este desequilibrio en enero de este año cuando anunció la devaluación del bolívar afirmando que "hemos estado vendiendo los dólares muy baratos durante mucho tiempo. Muchos sectores de la economía nacional prefieren importar porque les sale muy barato, que incrementar los esfuerzos para producir en Venezuela".
Un análisis de Barclays Capital fechado en mayo de este año indica que el desequilibrio aún no se corrige y el bolívar tiene una sobrevaluación de 41,2% y el tipo de cambio oficial debería ubicarse, para alcanzar el equilibrio, en 6,1 bolívares por dólar.
A la sobrevaluación de la moneda se han añadido inversión no adecuada para expandir la capacidad de producción, problemas para obtener divisas en Cadivi, el declive del consumo y, a partir del primer trimestre de este año, el racionamiento de energía eléctrica.
La relación comercial con Colombia, país que por años ha representado el principal mercado de las exportaciones no petroleras, es ilustrativa.
Desde 1997 el país no ha logrado exportar a Colombia una cifra que supere los mil 500 millones de dólares y en 2009 las ventas se redujeron a tan solo 563 millones.
En contraste las importaciones desde Colombia sumaron 4 mil millones de dólares en 2009.
El Universal
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