La inflación acelera el paso y en julio registra un salto de 2,7%, el más elevado de los últimos seis meses, que enciende las alarmas y deja en claro que el desajuste que eleva los precios no cede y, al contrario de lo prometido por el Banco Central de Venezuela, se exacerba.
Con este resultado, la inflación acumula en los primeros siete meses del año un avance de 16% y en los últimos doce meses 25,1%, números que triplican el promedio de los países de América Latina.
Analistas consideran que la fuerza que impulsa los precios proviene de una mezcla de factores. Hasta abril hubo inventarios de productos importados con el antiguo tipo de cambio de 2,6 bolívares por dólar pero ahora deben ser repuestos con el dólar a 4,30 bolívares, es decir, la devaluación comienza a sentirse en toda su magnitud.
Al mismo tiempo, para evitar que la escasez aumente en los mercados y abastos, el Gobierno ha tenido que permitir incrementos de precios en productos regulados.
A estos factores, que ya habían comenzado a manifestarse en mayo, se añade que el Gobierno abrió las compuertas del gasto para tratar de impulsar el crecimiento de la economía y más bolívares detrás de los mismos productos se traducen en incrementos de precios.
Las estadísticas oficiales indican que entre el 17 de junio y el 29 de julio la cantidad de dinero en circulación registra un salto de 9%.
El directorio del Banco Central de Venezuela no ha implementado ningún tipo de medida para regular la cantidad de dinero en la economía, al contrario, para que las entidades financieras aumenten los créditos disminuyó el monto del dinero que deben congelar a manera de reservas.
En declaraciones a Unión Radio Nelson Merentes, presidente del Banco Central, se limitó a explicar que la inflación "es un problema que va ya para tres décadas. Yo creo que ahí es donde todos debemos concentrar nuestra capacidad creativa, nuestra capacidad de trabajo y del conocimiento y tratar de buscar una forma de que en poco tiempo, de dos años máximo tres, llegar a un dígito".
Alimentos disparados
En julio la fiebre inflacionaria se concentra en los alimentos, variable que impacta con fuerza a las familias más humildes.
El precio de los productos agrícolas aumenta 12,1% en julio, el mayor incremento en los últimos 16 meses y en general los alimentos suben 5% para acumular un incremento de 18,4% en el año.
Carlos Machado Allison, profesor del IESA, explica que la producción agrícola ha caído en un entorno de desinversión por las expropiaciones de fincas y precios controlados.
"A esto se agrega que la nacionalización de Agroisleña disminuyó la eficiencia de esta empresa que es muy importante para el sector y por tanto hay escasez de fertilizantes, semillas y retardo en los créditos que se otorgaban a pequeños productores".
En el informe económico de 2010 las estadísticas del Banco Central desnudan que a pesar de que la banca ha incrementado de manera sustancial el financiamiento al sector agrícola la producción viene en descenso desde 2008 y el año pasado se ubicó en torno a cero.
El BCV admite que la producción no ha sido suficiente para suplir la oferta y explica que "la mayor expansión de la demanda en relación con el ritmo de crecimiento de la producción doméstica se ha manifestado en la inflación de los rubros alimenticios".
Golpe a los pobres
El aumento en el precio de los alimentos no se siente por igual en todas las familias, el 25% más pobre de la población, que destina 45 de cada 100 bolívares de sus ingresos a la alimentación son los más afectados.
Entre diciembre y julio de este año, las familias de menos ingresos han sufrido una inflación de 18,7% mientras que en el estrato de mayor ingreso el impacto es de 17,9%.
Todo indica que durante los próximos meses la inflación seguirá siendo alta.
En septiembre entrará en vigencia el complemento del aumento del salario mínimo y lo más probable es que el Gobierno aproveche la coyuntura para autorizar aumentos de precios en productos controlados que aun no reflejan la devaluación de enero.
Tradicionalmente la liquidez aumenta con mayor intensidad durante los últimos tres meses del año, factor que también aumentará la presión sobre los precios.
El Gobierno se fijó como meta que la inflación de este año se ubique en 25%, no obstante, firmas especializadas consideran que el resultado de los últimos tres meses apunta a un alza muy cercana a 30%.
El Universal
Con este resultado, la inflación acumula en los primeros siete meses del año un avance de 16% y en los últimos doce meses 25,1%, números que triplican el promedio de los países de América Latina.
Analistas consideran que la fuerza que impulsa los precios proviene de una mezcla de factores. Hasta abril hubo inventarios de productos importados con el antiguo tipo de cambio de 2,6 bolívares por dólar pero ahora deben ser repuestos con el dólar a 4,30 bolívares, es decir, la devaluación comienza a sentirse en toda su magnitud.
Al mismo tiempo, para evitar que la escasez aumente en los mercados y abastos, el Gobierno ha tenido que permitir incrementos de precios en productos regulados.
A estos factores, que ya habían comenzado a manifestarse en mayo, se añade que el Gobierno abrió las compuertas del gasto para tratar de impulsar el crecimiento de la economía y más bolívares detrás de los mismos productos se traducen en incrementos de precios.
Las estadísticas oficiales indican que entre el 17 de junio y el 29 de julio la cantidad de dinero en circulación registra un salto de 9%.
El directorio del Banco Central de Venezuela no ha implementado ningún tipo de medida para regular la cantidad de dinero en la economía, al contrario, para que las entidades financieras aumenten los créditos disminuyó el monto del dinero que deben congelar a manera de reservas.
En declaraciones a Unión Radio Nelson Merentes, presidente del Banco Central, se limitó a explicar que la inflación "es un problema que va ya para tres décadas. Yo creo que ahí es donde todos debemos concentrar nuestra capacidad creativa, nuestra capacidad de trabajo y del conocimiento y tratar de buscar una forma de que en poco tiempo, de dos años máximo tres, llegar a un dígito".
Alimentos disparados
En julio la fiebre inflacionaria se concentra en los alimentos, variable que impacta con fuerza a las familias más humildes.
El precio de los productos agrícolas aumenta 12,1% en julio, el mayor incremento en los últimos 16 meses y en general los alimentos suben 5% para acumular un incremento de 18,4% en el año.
Carlos Machado Allison, profesor del IESA, explica que la producción agrícola ha caído en un entorno de desinversión por las expropiaciones de fincas y precios controlados.
"A esto se agrega que la nacionalización de Agroisleña disminuyó la eficiencia de esta empresa que es muy importante para el sector y por tanto hay escasez de fertilizantes, semillas y retardo en los créditos que se otorgaban a pequeños productores".
En el informe económico de 2010 las estadísticas del Banco Central desnudan que a pesar de que la banca ha incrementado de manera sustancial el financiamiento al sector agrícola la producción viene en descenso desde 2008 y el año pasado se ubicó en torno a cero.
El BCV admite que la producción no ha sido suficiente para suplir la oferta y explica que "la mayor expansión de la demanda en relación con el ritmo de crecimiento de la producción doméstica se ha manifestado en la inflación de los rubros alimenticios".
Golpe a los pobres
El aumento en el precio de los alimentos no se siente por igual en todas las familias, el 25% más pobre de la población, que destina 45 de cada 100 bolívares de sus ingresos a la alimentación son los más afectados.
Entre diciembre y julio de este año, las familias de menos ingresos han sufrido una inflación de 18,7% mientras que en el estrato de mayor ingreso el impacto es de 17,9%.
Todo indica que durante los próximos meses la inflación seguirá siendo alta.
En septiembre entrará en vigencia el complemento del aumento del salario mínimo y lo más probable es que el Gobierno aproveche la coyuntura para autorizar aumentos de precios en productos controlados que aun no reflejan la devaluación de enero.
Tradicionalmente la liquidez aumenta con mayor intensidad durante los últimos tres meses del año, factor que también aumentará la presión sobre los precios.
El Gobierno se fijó como meta que la inflación de este año se ubique en 25%, no obstante, firmas especializadas consideran que el resultado de los últimos tres meses apunta a un alza muy cercana a 30%.
El Universal
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