Una economía controlada por la inflación se enfrenta este año, como en los anteriores, al reto de vencer el efecto del alza que los precios tienen sobre los salarios de los trabajadores. En 2010, de acuerdo a los datos del Banco Central de Venezuela (BCV), las remuneraciones de los asalariados cerraron con un retroceso en términos reales de 5,4%, un ritmo "más acelerado en relación con el año previo", indica el Informe Económico correspondiente al año pasado que presentó hace poco el instituto emisor.
De los 11 sectores medidos, seis presentaron resultados negativos. El que tuvo el peor desempeño fue el relacionado con las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, que mostró una caída real de 8% en 2010, mientras que los trabajadores de servicios comunitarios, sociales y personales sufrieron una baja de 6,1% en sus salarios durante ese período.
El resultado en enseñanza fue también negativo, al descender 4% las remuneraciones de los asalariados al cierre del año pasado. En la manufactura se presentó una caída menos grave, tras retroceder 3,2%, al tiempo que los ingresos de los trabajadores de los comercios perdieron 2,8% de su valor en un año.
El BCV reportó que las remuneraciones en el sector dedicado al suministro de electricidad, gas y agua ascendieron 15,7%, mientras que en el financiero el alza fue de 9,4% y en servicios de salud fue de 6,4%. Otros sectores como construcción y transporte mostraron resultados positivos menos pronunciados, con 3,6% y 0,4% respectivamente.
En el Informe Económico 2010 el instituto emisor también se refiere al salario mínimo que, en términos reales, presentó una caída de 0,7% al cierre del año pasado, "un descenso más moderado que el observado en 2009 (-4,5%)".
Pocas posibilidades
El efecto inflacionario hace bastante difícil una recuperación de los salarios en términos reales. En el segundo trimestre de este año -comparado con igual período de 2010- se registró una mejora de 5,4%, sustentado en un ajuste de 15%.
Adicionalmente, se sintió el efecto de la reforma de la Ley de Alimentación para los Trabajadores, que ahora permite pagarle el bono a todos los trabajadores que devenguen menos de tres salarios mínimos, sin importar cuántas personas laboran en la empresa.
Cuando se toma la primera mitad del año completa, las remuneraciones de los trabajadores aún no dan señales de una mejora real. De acuerdo a los datos que maneja el BCV, en el primer semestre de este año los sueldos perdieron 0,97% de su valor en términos reales.
El problema tiene su epicentro en que los precios de los bienes y servicios crecen más rápido que los ingresos de los trabajadores. Para el mes de julio la inflación anualizada era de 25,1%, según indicó el ente emisor y, aunque resultó menor que un año antes, está en el tope máximo estimado por el Gobierno nacional para este año. El acumulado entre enero y julio se ubicó en 16%.
El avance de los precios ha provocado el encarecimiento de los alimentos, cuya adquisición se lleva casi la mitad del presupuesto de las familias venezolanas, según han reportado análisis de firmas consultoras.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló la canasta alimentaria normativa en junio se situaba en 1.518,23 bolívares, de manera que con un salario mínimo se cubría 92,7%. Hace un año, para el mismo mes, una remuneración básica alcanzaba para adquirir 94,2% de la cesta de alimentos básicos que calcula el organismo gubernamental.
De mantenerse la inflación al mismo ritmo, las expectativas no son buenas. Aunque para este año el Gobierno concentró la mayor parte del aumento del salario mínimo para el primer tramo, ya el incremento de los precios hizo mella. A partir del 1 de septiembre está pautada un alza adicional de 10%.
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