Las expectativas ciudadanas están enmarcadas en mejoras salariales y mayores beneficios laborales. Este es el caso de Luis Vargas, quien solicita a la ministra de Trabajo, María Cristina Iglesias, velar más por los trabajadores. "Ese salario no nos alcanza. Por lo menos el sueldo mínimo no sirve, fíjate 1.000 no alcanza ni para hacer un mercado en la semana", dijo a El Universal.
Vargas solicitaría además al ministro de Vivienda, Ricardo Molina, ser vigilante de las viviendas que se entregan a las familias damnificadas. Como ciudadano afectado de la vaguada de 1999 en Vargas, denunció que hay personas que suelen vender los inmuebles y luego vuelven a aspirar por otra infraestructura, restando oportunidades a quienes verdaderamente necesitan.
En el mismo contexto, Marlon Gradiel le gustaría preguntarle al ministro Molina los planes para garantizar viviendas a todos los venezolanos. Además si estuviera en la interpelación de la ministra Iglesias le consultaría si considera que los salarios actuales se ajustan a las necesidades de los venezolanos.
Por su parte, José Tomás Durand, otro de los encuestados, abogó por mayores oportunidades laborales y fiscalización de los proyectos de vivienda, construcción de carreteras y otras obras. "Porque si a mi me dan un dinero, yo tengo que dar cuentas".
Otra de las inquietudes ciudadanas tienen que ver con el retraso la nueva Ley Orgánica de Trabajo. Rafael Osorio se pregunta dónde quedó la propuesta de la reducción de la jornada laboral.
La preocupación de las consejes tampoco se hizo esperar. Hay personas como Elizabeth Serra que solicitan mejores condiciones de trabajo. "Yo tengo una señora que es conserje y está mal. Es mayor y no le han dado sus prestaciones". En igual condición está Laura Monterola, quien se desempeña como conserje y le inquieta la poca claridad que existe en cuanto a los derechos laborales que le asiste. Pide que se le reconozca como a cualquier otro trabajador.
Vargas solicitaría además al ministro de Vivienda, Ricardo Molina, ser vigilante de las viviendas que se entregan a las familias damnificadas. Como ciudadano afectado de la vaguada de 1999 en Vargas, denunció que hay personas que suelen vender los inmuebles y luego vuelven a aspirar por otra infraestructura, restando oportunidades a quienes verdaderamente necesitan.
En el mismo contexto, Marlon Gradiel le gustaría preguntarle al ministro Molina los planes para garantizar viviendas a todos los venezolanos. Además si estuviera en la interpelación de la ministra Iglesias le consultaría si considera que los salarios actuales se ajustan a las necesidades de los venezolanos.
Por su parte, José Tomás Durand, otro de los encuestados, abogó por mayores oportunidades laborales y fiscalización de los proyectos de vivienda, construcción de carreteras y otras obras. "Porque si a mi me dan un dinero, yo tengo que dar cuentas".
Otra de las inquietudes ciudadanas tienen que ver con el retraso la nueva Ley Orgánica de Trabajo. Rafael Osorio se pregunta dónde quedó la propuesta de la reducción de la jornada laboral.
La preocupación de las consejes tampoco se hizo esperar. Hay personas como Elizabeth Serra que solicitan mejores condiciones de trabajo. "Yo tengo una señora que es conserje y está mal. Es mayor y no le han dado sus prestaciones". En igual condición está Laura Monterola, quien se desempeña como conserje y le inquieta la poca claridad que existe en cuanto a los derechos laborales que le asiste. Pide que se le reconozca como a cualquier otro trabajador.
El Universal
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