La inflación aún no refleja del todo el impacto de la devaluación
Las estadísticas del Banco Central de Venezuela desnudan que no se detiene el alza en el costo de los alimentos, la variable que impacta con mayor fuerza la calidad de vida de las familias más humildes.
Solo en enero, el costo de los productos agrícolas aumenta 9,1% y en los últimos doce meses el incremento acumulado alcanza 68%.
El BCV indica que el rubro de las hortalizas, con un aumento de 11,1% es el que mayor aporta al encarecimiento de los alimentos en el país.
En términos generales, los alimentos, registran un avance de 4% en enero y de 37,3% en doce meses, el salto más elevado en las economías de América Latina.
Así, las familias de menos recursos, que destinan el grueso del salario a la compra de alimentos sufren el mayor impacto, de hecho, el Banco Central precisa que para este sector la inflación es de 30,1% en doce meses versus 27,7% en el estrato más pudiente.
Al evaluar el comportamiento de los precios en su conjunto es evidente que la inflación, lejos de perder intensidad, cobra fuerza.
El resultado de enero es un avance de 2,7% que se traduce en el incremento más fuerte de los últimos nueve meses.
Entre enero de 2010 y enero de este año la inflación acumula un rebote de 28,5% versus 24,3% en el período anterior, otra señal muy clara de que el desbalance está vivo.
José Manuel Puente, economista y profesor del IESA, considera que la fuerza que impulsa los precios proviene de la devaluación de la moneda y el desajuste entre la oferta y la demanda tras el declive de la producción nacional.
El Gobierno incrementó el tipo de cambio para alimentos y medicinas desde 2,6 bolívares por dólar hasta 4,30 encareciendo el costo de las importaciones que resultan vitales para abastecer al mercado.
"Un elemento importante es que el efecto del ajuste cambiario aun no ha finalizado, faltan incrementos de precios en alimentos y medicinas que van a presionar la inflación durante los próximos meses", adelanta José Manuel Puente.
Las cifras avalan esta apreciación. Los productos controlados solo aumentan 1,8% en enero, mientras que los no controlados se encarecen 3,4% reflejando en mayor medida el efecto de la devaluación.
José Manuel Puente subraya que "si el Gobierno no permite el aumento en el precio de los productos controlados habrá desabastecimiento".
Complementa el diagnóstico e indica que en un entorno signado por las expropiaciones y las regulaciones era de esperar "una caída sistemática de la producción nacional".
En su opinión todo apunta a que los venezolanos soportarán este año una inflación en torno a 30%, magnitud que superaría holgadamente la meta del Gobierno de lograr un resultado en torno a 23%.
Si el gabinete económico fracasa será muy difícil que las empresas aumenten los salarios en una proporción que permita compensar la inflación y, por tanto, la capacidad de compra de las familias seguirá deteriorándose.
Por ahora la escasez no se sale de control. Los encuestadores encargados de constatar los precios detectaron que de cada 100 productos que solicitaron en abastos, supermercados y toda la red de establecimientos que cubre al país, 12,6 no estaban disponibles en enero, una proporción inferior a 13,3 de diciembre.
Pero se reduce fuertemente la capacidad del consumidor de elegir el producto de su preferencia. El índice oficial que mide la diversidad de marcas en los anaqueles de abastos y supermercados disminuye desde 149,5 en diciembre hasta 146,5.
El Universal
Solo en enero, el costo de los productos agrícolas aumenta 9,1% y en los últimos doce meses el incremento acumulado alcanza 68%.
El BCV indica que el rubro de las hortalizas, con un aumento de 11,1% es el que mayor aporta al encarecimiento de los alimentos en el país.
En términos generales, los alimentos, registran un avance de 4% en enero y de 37,3% en doce meses, el salto más elevado en las economías de América Latina.
Así, las familias de menos recursos, que destinan el grueso del salario a la compra de alimentos sufren el mayor impacto, de hecho, el Banco Central precisa que para este sector la inflación es de 30,1% en doce meses versus 27,7% en el estrato más pudiente.
Al evaluar el comportamiento de los precios en su conjunto es evidente que la inflación, lejos de perder intensidad, cobra fuerza.
El resultado de enero es un avance de 2,7% que se traduce en el incremento más fuerte de los últimos nueve meses.
Entre enero de 2010 y enero de este año la inflación acumula un rebote de 28,5% versus 24,3% en el período anterior, otra señal muy clara de que el desbalance está vivo.
José Manuel Puente, economista y profesor del IESA, considera que la fuerza que impulsa los precios proviene de la devaluación de la moneda y el desajuste entre la oferta y la demanda tras el declive de la producción nacional.
El Gobierno incrementó el tipo de cambio para alimentos y medicinas desde 2,6 bolívares por dólar hasta 4,30 encareciendo el costo de las importaciones que resultan vitales para abastecer al mercado.
"Un elemento importante es que el efecto del ajuste cambiario aun no ha finalizado, faltan incrementos de precios en alimentos y medicinas que van a presionar la inflación durante los próximos meses", adelanta José Manuel Puente.
Las cifras avalan esta apreciación. Los productos controlados solo aumentan 1,8% en enero, mientras que los no controlados se encarecen 3,4% reflejando en mayor medida el efecto de la devaluación.
José Manuel Puente subraya que "si el Gobierno no permite el aumento en el precio de los productos controlados habrá desabastecimiento".
Complementa el diagnóstico e indica que en un entorno signado por las expropiaciones y las regulaciones era de esperar "una caída sistemática de la producción nacional".
En su opinión todo apunta a que los venezolanos soportarán este año una inflación en torno a 30%, magnitud que superaría holgadamente la meta del Gobierno de lograr un resultado en torno a 23%.
Si el gabinete económico fracasa será muy difícil que las empresas aumenten los salarios en una proporción que permita compensar la inflación y, por tanto, la capacidad de compra de las familias seguirá deteriorándose.
Por ahora la escasez no se sale de control. Los encuestadores encargados de constatar los precios detectaron que de cada 100 productos que solicitaron en abastos, supermercados y toda la red de establecimientos que cubre al país, 12,6 no estaban disponibles en enero, una proporción inferior a 13,3 de diciembre.
Pero se reduce fuertemente la capacidad del consumidor de elegir el producto de su preferencia. El índice oficial que mide la diversidad de marcas en los anaqueles de abastos y supermercados disminuye desde 149,5 en diciembre hasta 146,5.
El Universal
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