Esta semana en ese mismo escenario los ministros del área Económica Productiva descubrieron las fisuras de la estrategia económica. Ricardo Menéndez, ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (Mctii) aseguró que el "nuevo modelo productivo" pretende dejar atrás la dependencia del petróleo, pero Edmeé Betancourt, ministra de Comercio, abogó por el uso de la renta petrolera para importar y frenar la inflación.
"Sí tenemos que importar porque nosotros estamos en la lucha y nosotros combatimos la inflación y para que la inflación siga bajando como la estamos llevando a paso de vencedores nosotros tenemos que importar", dijo Betancourt en la interpelación hecha por los parlamentarios el pasado martes.
Para Ismael Pérez Vigil, presidente ejecutivo de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), la contradicción en el discurso de los funcionarios revela el problema de fondo de los últimos años: la ausencia de una política industrial.
"Es obvio que no tenemos una política industrial, una concepción de dónde debe estar Venezuela en los próximos años en materia productiva". Según Pérez, en el tema industrial el mandato de Chávez se ha caracterizado por tres grandes fases que, en ningún caso, dieron resultados.
Una primera etapa, apuntó el directivo, fue la de inyectar recursos a las empresas del Estado, especialmente a las básicas, pero "eso fue un desaguadero". A esta le siguió el intento por consolidar la cogestión y las cooperativas, "pero eso también fracasó" y, finalmente, la toma de "empresas exitosas" por parte del Estado como la Cantv, la Electricidad de Caracas o algunas cementeras. Esta última fase se extendió con las expropiaciones masivas, especialmente entre 2008 y 2010.
"Todo aquello del desarrollo endógeno se acabó, se agotó.", agregó Pérez. Paradójicamente, la consecuencia de esa conducción en materia productiva ha hecho a la economía nacional más dependiente del petróleo. A pesar de aquella promesa presidencial de 1999 y del hilo conductor del discurso oficial, el denominado socialismo del siglo XXI amplificó el carácter rentista de la economía.
Las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) señalan que en 1999 las exportaciones petroleras representaban casi el 80% de los ingresos nacionales, pero ese mismo indicador se elevó hasta 95% el año pasado. Por su parte, las exportaciones no petroleras de 1998 fueron de 4.228 millones de dólares y en 2010 apenas llegaron a 3.469 millones de dólares, esto es, un 18% menos. "Dependemos como nunca del petróleo, rentismo puro y duro", dijo Pérez.
Entrampado
Para el representante de Conindustria el "ataque" al sector privado ha propiciado esta situación. Sin planes del Ejecutivo para ampliar el tejido industrial o para potenciar la producción de algunos rubros, sólo las importaciones, tal y como reconoció la ministra de Comercio, lucen como la única salida de corto plazo para abastecer el mercado local.
Sin embargo, esa práctica condena la posibilidad de reinvertir los ingresos por concepto de petróleo en la ampliación del aparato productivo, generando así un círculo vicioso. "Este país se ha quedado sin alternativa frente al futuro".
En su libro Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo? (2009) Víctor Álvarez, ex ministro de Industrias Básicas y Minería, subraya que el crecimiento que registró la economía durante 22 trimestres consecutivos fue de "mala calidad", ya que sectores como manufactura y agricultura lejos de expandirse perdieron peso relativo en la conformación del PIB.
"El crecimiento del PIB en los últimos cinco años ha sido realmente motorizado por los sectores de las telecomunicaciones, el comercio importador y los servicios financieros, los cuales no garantizan la soberanía productiva", escribió.
En efecto, las cifras del BCV indican que en 1998 la actividad manufacturera representaba 17,36% del PIB, pero doce años después sólo supone 15,1% del PIB. El propio Álvarez ha insistido en la necesidad de elevar la densidad industrial del país de 0,3 establecimientos industriales por cada 1.000 habitantes a niveles como los de Colombia y México que tienen 1,2 y 1,7, respectivamente.
Sin salidas
En el sector industrial no ven condiciones, ni seguridad para invertir en posibles expansiones o para que vengan al país nuevas industrias. "¿Quién va a invertir? Si eres eficiente el Gobierno te expropia y ni si quiera te indemniza", dijo Pérez. De acuerdo a los cálculos del gremio entre 2002 y 2011 se efectuaron 623 expropiaciones.
Ante este panorama, en Conindustria ven pocas salidas. El PIB del sector manufacturero cayó hace dos años 6,4%, superior a la caída de 3,3% de la economía; el año pasado el retroceso fue de 3,4% también superior al declive de toda la economía de 1,4%.
"Estamos en una recesión técnica desde hace dos años y no hay condiciones objetivas para pensar que este año sea distinto", puntualizó Pérez.
El Universal