Mientras Estados Unidos y la Unión Europea deben cerrar el año con un crecimiento del PIB en torno a 2,6% y 1,7% respectivamente, las cifras latinoamericanas rondarán el 5%.
Y es que en la crisis financiera mundial -desatada en septiembre de 2008 en Estados Unidos, prolongada este año por la crisis en Europa- la región resultó una de las menos afectadas en el mundo e incluso, pese a algunos coletazos, logró salir fortalecida, estimaron analistas consultados por la AFP.
Según Augusto de la Torre, economista en jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, son varios los factores que explican el buen comportamiento de la región en este escenario de crisis.
En primer lugar existió una “transformación de factores que en el pasado solían amplificar choques externos”, como monedas débiles, sistemas financieros débiles y procesos fiscales no muy ordenados, que magnificaban “el efecto (de crisis) en nuestras economías”, explicó.
A su vez, “la integración en el comercio internacional está mucho más diversificada”, ya que la región ya no se enfoca sólo en Europa y Estados Unidos sino que ahora se abrió a mercados como los emergentes de Asia, afirmó.
Otro aspecto es el “modo en el que estamos integrados al sistema financiero internacional”, convertidos en acreedores de deuda y receptores de grandes caudales de inversión extranjera directa, añadió.
Paralelamente, la región aprovechó dos factores circunstanciales: el creciente “apetito por el riesgo” que atrae inversiones extranjeras y los elevados precios de las materias primas, agregó De la Torre.
En este sentido, Alberto Ramos, economista jefe de Goldman Sachs para América Latina, estima que entre 2003 y 2008 hubo una valorización de las materias primas que brindó condiciones “para reducir vulnerabilidades, aumentar reservas extranjeras, reducir el nivel de las deudas públicas”.
El caso más representativo es el de Chile, que empleó los recursos acumulados gracias al alto precio del cobre, del que es el primer productor mundial, para lanzar millonarios paquetes de estímulos, explicó Francisco Castañeda, profesor de la Universidad de Santiago de Chile (USACH).
Para Ramos, “no es que América Latina estuviera en una situación inmune frente a la crisis (…) sino que no estaba en una situación catastrófica” como en épocas anteriores.
Brasil, la mayor economía de América Latina, tendrá un crecimiento que este año alcanzará rondará 7,5% (7,7% según la Cepal, 7,6% según economistas del mercado local), y que estuvo acompañado por mayor acceso al crédito y un aumento del empleo, lo que se tradujo en un incremento del consumo.
Con más dinero en el bolsillo, los más de 190 millones de brasileños superaron la marca de un celular por habitante (194,4 millones de aparatos habilitados), y un millón y medio habrán viajado en avión por primera vez en el verano austral.
Argentina por su parte, prevé crecer este año hasta 9% según los últimos datos oficiales (8,4% según la Cepal), tras la aplicación de políticas anticíclicas y planes sociales.
“Las medidas más importantes se han orientado a garantizar el nivel de empleo en empresas con problemas, (…) junto con incrementos en los ingresos de la población de menores recursos”, explicó Alfredo García, economista jefe del Banco Credicoop.
México, que debe avanzar 5% este año, ha podido evitar la crisis porque el país “ha estado haciendo bien la tarea, con disciplina fiscal, ampliación de la base fiscal, con mayores exportaciones manufactureras, control de la inflación y una tasa de interés baja”, afirmó Alejandro Asencio, analista de Bursamétrica.
La patilla.
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