Después de registrar un salto desmesurado de 5,2% en abril, la inflación ha venido perdiendo empuje y en noviembre avanza 1,5% versus 1,9% en el mismo mes del año pasado, resultado que el Banco Central destaca como muestra inequívoca de que "continúa la desaceleración" en el avance sostenido de los precios.
Hasta aquí los números que permiten una mirada optimista al resultado de la inflación. Entre enero y noviembre los precios acumulan un incremento de 24,9%, mientras que en el mismo lapso del año pasado el salto fue de 23%.
Incluso, entre noviembre de este año y noviembre de 2009, los precios se incrementan 27% versus 26,2% en el período anterior.
No obstante, estos números estarían reflejando en gran medida la inflación del primer semestre y la interrogante es qué ha motivado que el incremento de los precios pierda algo de intensidad en el segundo semestre.
Analistas coinciden en que por el paso del tiempo se ha diluido el impacto de la devaluación que hubo en enero, a lo que se añade el descenso del consumo por la pérdida en la capacidad de compra del salario.
Las estadísticas del Banco Central reflejan que el consumo privado no ha dejado de caer desde el segundo trimestre de 2009 y en términos reales el total de préstamos de la banca desciende 11% en los últimos doce meses.
Bancos de inversión indican que a pesar de la caída del consumo la inflación continúa siendo la más alta de América Latina por el efecto de medidas como el control de precios, control de cambio y mínima inversión privada que tienden a frenar la oferta.
La población siente el impacto de la inflación en variables clave para la calidad de vida y el bienestar.
En los primeros once meses del año el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas acumula un incremento de 31,1%, el costo de los servicios de salud 22,9%, transporte 24,4%, restaurantes y hoteles 26,9% y los bienes que permiten equipar el hogar 23,1%.
Al evaluar el resultado en las distintas ciudades del país aflora que Valencia ha sufrido el mayor incremento de precios con un salto acumulado en el año de 26,5%, seguido de Maturín con 25,4%, Caracas con 25,3% y Maracay 25,2%.
El menor impacto lo ha tenido San Cristóbal con una inflación acumulada en el año de 22,6%.
Moneda fundida
En enero de 2008 la administración de Hugo Chávez puso en circulación el "bolívar fuerte", una moneda llamada a reflejar la prosperidad de una nueva era donde de acuerdo con Rodrigo Cabezas, ministro de Finanzas de la época, se acabaría con un "ciclo histórico de inestabilidad de precios en el país".
Pero el resultado ha sido otro. Con el resultado de inflación de noviembre de este año, los precios acumulan un incremento de 104,5% en los 34 meses en que el bolívar fuerte ha estado en los bolsillos de los venezolanos.
Esto se traduce en que los precios se han duplicado entre enero de 2008 y noviembre de 2010 y el bolívar fuerte ha perdido 51% de su valor.
Es decir, un bolívar de enero de 2008 hoy solo equivale a 49 céntimos.
Todo indica que la moneda seguirá perdiendo valor frente al avance de los precios, de hecho, la administración de Hugo Chávez tiene como meta que la inflación de 2011 se ubique en torno a 20% lo que se traduciría en el mayor incremento de América Latina.
Otro factor a tomar en cuenta es que en 2011 existe una alta probabilidad de que el Gobierno recurra a una nueva devaluación para aumentar los bolívares que obtiene por cada petrodólar.
Históricamente las devaluaciones se han traducido en incrementos de precios al elevar el costo de las importaciones.
El Universal
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