Después de décadas perdidas Suramérica acumula ocho años de crecimiento, no obstante, el último informe de perspectivas del Fondo Monetario Internacional alerta que la región ha profundizado la dependencia en las materias primas y la prosperidad, más que a mayor desarrollo, obedece a que la insaciable demanda de Asia impulsa los precios del petróleo, cobre, acero y alimentos.
El Fondo precisa en su informe Las Américas, vientos cambiantes, nuevos desafíos de política que las exportaciones netas de materias primas de América del Sur representan 10% del PIB en comparación con 6% en 1970.
Aunque Argentina, Brasil y Uruguay han avanzado en la tarea de la diversificación, los productos primarios aún representan 60% de las exportaciones totales, explica el informe pero añade que "esta diversificación no ha ocurrido en el caso de los grandes exportadores de metales o energía (Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela)".
Venezuela es el caso más notorio de Suramérica ya que 95 de cada 100 dólares que obtiene por sus exportaciones provienen del petróleo al cierre del primer semestre de este año, de acuerdo con las estadísticas del Banco Central.
Si bien las exportaciones de materias primas han permitido impulsar el crecimiento, miles de millones de dólares para alejar el fantasma de las crisis de balanza de pagos y un escudo contra el malestar internacional porque el precio se ha mantenido elevado, existen riesgos.
El principal peligro es la volatilidad, la posibilidad de que descienda el precio y se desplome el ingreso proveniente de las exportaciones.
Nicolás Eyzaguirre, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI señala que "otra recesión en los países avanzados desaceleraría el crecimiento en los mercados emergentes, incluyendo en Asia, cuyo sólido crecimiento ha ayudado a sostener el precio de las materias primas".
Añade que esto supondría un duro golpe para la región. "Los flujos de capitales podrían agotarse, comprimiendo a los mercados de crédito interno. El crecimiento podría desacelerarse de manera abrupta al debilitarse la demanda externa y caer los precios de las materias primas. Muchos países podrían verse ante presiones sobre sus monedas y sus condiciones financieras".
Eyzaguirre añade en su trabajo donde analiza el informe del FMI que por el contrario, si se superan las tensiones en la economía global habría una renovada afluencia de capitales hacia la región y al mismo tiempo un nuevo impulso para el precio de las materias primas.
"Este doble viento a favor podría transformarse en un vendaval, y repentinamente los países podrían verse otra vez ante riesgos de sobrecalentamiento", afirma.
El FMI sostiene que para absorber de mejor manera un descenso en el precio de las materias primas es vital el comportamiento durante el boom, en el sentido de mantener cuentas fiscales sanas que permitan adoptar medidas de estímulo, flexibilidad cambiaria y fortaleza en la cuenta corriente.
La conexión China
Para América Latina es crucial que la relación con China se convierta en un estímulo para el desarrollo, como lo fue Japón para naciones del este asiático como Singapur y Hong Kong.
En este sentido el Banco Mundial destaca en un estudio sobre el tema divulgado el pasado 21 de septiembre que "la naturaleza de la conexión con China, basada en gran medida en la exportación de recursos naturales y productos agrícolas, plantea la incertidumbre de si esta conexión puede convertirse en una maldición para el crecimiento de largo plazo en lugar de la bendición que representa en el corto plazo".
El estudio indica que mayoritariamente el comercio entre China y Latinoamérica ha girado en torno al intercambio de los abundantes recursos naturales de la región y bienes de baja tecnología de China que requieren mano de obra intensa.
El problema es que este tipo de comercio generalmente limita el potencial de ganancias de tecnología e intercambio de conocimientos.
Al mismo tiempo la inversión directa de China en la región ha sido mínima, ubicándose entre 3% y 4% en el período 2003-2009.
Esta estructura difiere en mucho de la que privó entre Japón y los años de oro de los Tigres de Asia Oriental, donde hubo alta inversión junto a transferencia de tecnología y conocimiento.
La Cepal ha enfatizado en reiteradas oportunidades que Latinoamérica se ha unido al polo productivo de este siglo (China) con una estructura de producción (basada en materias primas) del siglo 19.
El Universal
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