Tras ocho años en los que el barril de petróleo se ha cotizado a altos precios ha quedado claro que los exportadores de crudo, excepto Venezuela, se mantienen firmes en la estrategia de ahorrar parte del ingreso y disminuir la deuda.
Las estadísticas y proyecciones del Fondo Monetario Internacional indican que los petroestados del Medio Oriente y Asia Central han comprendido que el barril no escapa a la ley de la gravedad y por tanto, evitan el descontrol fiscal en medio de la bonanza.
Este grupo de países, integrado por Arabia Saudí, principal exportador del planeta, Argelia, Bahrein, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Omán, Qatar, Sudán, Emiratos Árabes Unidos y Yemen, redujo su deuda de manera importante en los últimos cinco años.
En efecto, en promedio, la deuda de estos gobiernos respecto al tamaño de la economía disminuyó desde 48,5% del PIB en el período 2000-2005 hasta 19,1% del PIB en 2010 y la proyección del Fondo Monetario Internacional, es que este año descienda hasta 14,1%.
En el conjunto de productores de petróleo del Subsahara africano, compuesto por Nigeria, Angola, Chad, República del Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial y Camerún también se reduce la carga de la deuda pública desde 37% del PIB en el período 2004-2008 hasta 23,9% en 2010, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
No se detiene
A pesar de que el precio de la cesta petrolera venezolana ha aumentado de manera constante: 57 dólares en 2009, 71,97 en 2010 y 98,23 durante el primer semestre de 2011, la administración de Hugo Chávez ha iniciado un acelerado plan de endeudamiento.
Las cifras del Fondo Monetario Internacional registran que la deuda del sector público respecto al PIB aumenta velozmente: 24,6% en 2008, 32,7% en 2009, 38,7% en 2010 y la proyección es que este año culmine en 40,2% y aumente nuevamente en 2012 hasta 42,1%.
Si bien estos números aún no se traducen en una relación excesiva de la deuda respecto al PIB, es decir, sobre el ingreso, bancos de inversión como Barclays Capital han advertido que la carga crece rápidamente en medio de un boom petrolero en el que Venezuela dejó de contar con un mecanismo claro para ahorrar parte de los petrodólares.
La balanza de pagos que publicó el Banco Central al cierre del primer trimestre de este año indica que el Gobierno tiene recursos en moneda extranjera por el orden de 24 mil 164 millones de dólares en fondos donde el dinero fluye con menos controles y de manera paralela al presupuesto, como es el caso del Fonden.
Analistas consideran que para no disminuir el monto de los recursos que pueden ser gastados de manera discrecional el Gobierno recurre a emisiones de bonos que incrementan la deuda del país.
Por los dólares colocados en los fondos paralelos el país recibe un rendimiento muy inferior al que tiene que pagar por la nueva deuda, de hecho, en su última emisión de bonos Pdvsa se comprometió a cancelar una tasa de interés de 12,75% en dólares, todo un récord entre las empresas petroleras.
Afuera y adentro
La deuda venezolana aumenta por emisiones de bonos en dólares, préstamos de países como China y Japón que implican el compromiso de suministro de petróleo y venta de bonos y letras del tesoro, en bolívares, a los bancos del país.
En los primeros cinco meses de este año el monto de los bonos y letras del tesoro que tiene la banca en su portafolio aumentó 33,6% hasta ubicarse en 69 mil 602 millones de bolívares, unos 16 mil millones de dólares al tipo de cambio oficial.
El Gobierno ha preferido endeudarse en mayor medida dentro del país que en el exterior, básicamente, porque se trata de bolívares, a bajas tasas de interés y una porción importante de la factura está en manos de bancos controlados directamente por Finanzas.
La deuda en bolívares ofrece otra ventaja. En el caso hipotético de que en el futuro no existan suficientes recursos para pagarla es posible negociar un refinanciamiento con los bancos del país o incluso devaluar la moneda para obtener más recursos por los petrodólares.
El Universal
Las estadísticas y proyecciones del Fondo Monetario Internacional indican que los petroestados del Medio Oriente y Asia Central han comprendido que el barril no escapa a la ley de la gravedad y por tanto, evitan el descontrol fiscal en medio de la bonanza.
Este grupo de países, integrado por Arabia Saudí, principal exportador del planeta, Argelia, Bahrein, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Omán, Qatar, Sudán, Emiratos Árabes Unidos y Yemen, redujo su deuda de manera importante en los últimos cinco años.
En efecto, en promedio, la deuda de estos gobiernos respecto al tamaño de la economía disminuyó desde 48,5% del PIB en el período 2000-2005 hasta 19,1% del PIB en 2010 y la proyección del Fondo Monetario Internacional, es que este año descienda hasta 14,1%.
En el conjunto de productores de petróleo del Subsahara africano, compuesto por Nigeria, Angola, Chad, República del Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial y Camerún también se reduce la carga de la deuda pública desde 37% del PIB en el período 2004-2008 hasta 23,9% en 2010, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
No se detiene
A pesar de que el precio de la cesta petrolera venezolana ha aumentado de manera constante: 57 dólares en 2009, 71,97 en 2010 y 98,23 durante el primer semestre de 2011, la administración de Hugo Chávez ha iniciado un acelerado plan de endeudamiento.
Las cifras del Fondo Monetario Internacional registran que la deuda del sector público respecto al PIB aumenta velozmente: 24,6% en 2008, 32,7% en 2009, 38,7% en 2010 y la proyección es que este año culmine en 40,2% y aumente nuevamente en 2012 hasta 42,1%.
Si bien estos números aún no se traducen en una relación excesiva de la deuda respecto al PIB, es decir, sobre el ingreso, bancos de inversión como Barclays Capital han advertido que la carga crece rápidamente en medio de un boom petrolero en el que Venezuela dejó de contar con un mecanismo claro para ahorrar parte de los petrodólares.
La balanza de pagos que publicó el Banco Central al cierre del primer trimestre de este año indica que el Gobierno tiene recursos en moneda extranjera por el orden de 24 mil 164 millones de dólares en fondos donde el dinero fluye con menos controles y de manera paralela al presupuesto, como es el caso del Fonden.
Analistas consideran que para no disminuir el monto de los recursos que pueden ser gastados de manera discrecional el Gobierno recurre a emisiones de bonos que incrementan la deuda del país.
Por los dólares colocados en los fondos paralelos el país recibe un rendimiento muy inferior al que tiene que pagar por la nueva deuda, de hecho, en su última emisión de bonos Pdvsa se comprometió a cancelar una tasa de interés de 12,75% en dólares, todo un récord entre las empresas petroleras.
Afuera y adentro
La deuda venezolana aumenta por emisiones de bonos en dólares, préstamos de países como China y Japón que implican el compromiso de suministro de petróleo y venta de bonos y letras del tesoro, en bolívares, a los bancos del país.
En los primeros cinco meses de este año el monto de los bonos y letras del tesoro que tiene la banca en su portafolio aumentó 33,6% hasta ubicarse en 69 mil 602 millones de bolívares, unos 16 mil millones de dólares al tipo de cambio oficial.
El Gobierno ha preferido endeudarse en mayor medida dentro del país que en el exterior, básicamente, porque se trata de bolívares, a bajas tasas de interés y una porción importante de la factura está en manos de bancos controlados directamente por Finanzas.
La deuda en bolívares ofrece otra ventaja. En el caso hipotético de que en el futuro no existan suficientes recursos para pagarla es posible negociar un refinanciamiento con los bancos del país o incluso devaluar la moneda para obtener más recursos por los petrodólares.
El Universal
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