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En dos millones se calcula el déficit de viviendas en el país. Pese a los planes, cambios de ministros y misiones, el Gobierno reconoce que en 12 años no ha logrado superar este problema. Aunque admite el retraso, se lo atribuye al capitalismo.
"Este es uno de los problemas más graves que tenemos nosotros, el de la vivienda. Y créanme que yo el problema de la vivienda lo he tomado ya como algo personal, es un problema mío, de Chávez pues, y no descansaré pero nada, en la búsqueda de soluciones al drama heredado producto de la maldición del capitalismo", expresó el primer mandatario en junio del año pasado.
Lo cierto es que hasta la fecha, desde que el primer mandatario se atribuyó la responsabilidad, no se han ejecutado planes concretos para garantizar la construcción de nuevos proyectos. La solución ha girado en torno a una persecución contra el sector de la construcción privada. Expropiaciones, intervenciones, ocupaciones de bienes, por presuntas estafas inmobiliarias, estuvieron a la orden del día a finales de 2009.
Recientemente, el ministro de Vivienda, Ricardo Molina, durante su interpelación en la Asamblea Nacional, señaló que "no hemos logrado superar el techo, porque hemos estado empeñados en resolver el problema con las mismas herramientas del capitalismo. Mientras sigamos viendo las viviendas como una mercancía, no vamos a solucionar el problema. El problema de vivienda se resuelve en socialismo".
La propuesta del ex ministro, Farruco Sesto, Vivienda para el Socialismo en 2009, recogía parte de esta ideología: "La actuación en materia de vivienda en un país en transformación socialista, debe impregnarse de socialismo y consustanciarse con su espíritu". Pero ¿qué hay de cierto en ello?
¿Qué dicen las cifras?
La falta de planificación y políticas coherentes entre todos los sectores se han convertido en los principales elementos que afectan a dos millones de familias que sobreviven al déficit de viviendas.
"En un gobierno revolucionario no es posible hablar de política de vivienda sin una planificación de Estado. Hasta ahora, esa planificación no existe", según señala el informe de balance de gestión de junio 2008 y febrero 2009 elaborado por el ex ministro Sesto.
Al observar las cifras de ejecución de viviedas se evidencian los efectos de la falta de planificación. Los datos que ofreció el actual ministro de Vivienda, Ricardo Molina, durante su comparecencia en la Asamblea Nacional revelan que la producción promedio anual fue de 25.857 viviendas entre 1999 y 2010. Mientras que el sector privado solo elaboró 23.740 unidades.
Si de esta cifra se excluye la construcción de viviendas durante los años 2002, 2003 y 2004, por las consecuencias del "golpe y saboteo petróleo", el promedio de edificaciones hechas por el Gobierno asciende a 35.000, según Molina.
"Hemos llegado a producir 35.000 viviendas al año. Cualquier persona pudiera decir que no hemos logrado hacer más que en los 40 años, pero tenemos un pequeño detalle (...) En Revolución estamos construyendo casas de 70 metros cuadrados, adecuadas a la familia venezolana, con todas las normas de arquitectura y habitabilidad", expresó.
Estas cifras se traducen en 284.427 viviendas construidas durante 12 años del Gobierno de Hugo Chávez, mientras que el déficit estimado es de 2 millones.
La meta es cubrir esa necesidad en seis años. "Todos nosotros estamos dispuestos a jugarnos el pellejo, para que en los próximos seis años cumplamos esa meta", expresó el ministro Molina.
No obstante, el sector construcción considera que es un objetivo ambicioso, tomando en cuenta que en 12 años solo se han construido 284.427 viviendas y que aún siguen sin definirse estrategias entre el sector público y privado. A esto se agrega la falta de insumos.
Argumentan que realizar dos millones de soluciones habitacionales en seis años implica levantar unas 333 mil viviendas por año, alrededor de 27 mil al mes y 925 por día, sin contar los planes paralelos que deben ejecutarse para garantizar el derecho a una vivienda de futuras generaciones, como lo consagra la Constitución de la República.
- Construcción de viviendas bajo el control del Estado
- Ejecutivo suma a sus metas de construcción las viviendas de los privados
- Concluyen sólo 11% de viviendas de los convenios internacionales
- Gobierno modifica parámetros para calcular metas de viviendas
- Gobierno comenzará en marzo censo de vivienda
- Estado adeuda 98,2% de su propia oferta de vivienda
En dos millones se calcula el déficit de viviendas en el país. Pese a los planes, cambios de ministros y misiones, el Gobierno reconoce que en 12 años no ha logrado superar este problema. Aunque admite el retraso, se lo atribuye al capitalismo.
"Este es uno de los problemas más graves que tenemos nosotros, el de la vivienda. Y créanme que yo el problema de la vivienda lo he tomado ya como algo personal, es un problema mío, de Chávez pues, y no descansaré pero nada, en la búsqueda de soluciones al drama heredado producto de la maldición del capitalismo", expresó el primer mandatario en junio del año pasado.
Lo cierto es que hasta la fecha, desde que el primer mandatario se atribuyó la responsabilidad, no se han ejecutado planes concretos para garantizar la construcción de nuevos proyectos. La solución ha girado en torno a una persecución contra el sector de la construcción privada. Expropiaciones, intervenciones, ocupaciones de bienes, por presuntas estafas inmobiliarias, estuvieron a la orden del día a finales de 2009.
Recientemente, el ministro de Vivienda, Ricardo Molina, durante su interpelación en la Asamblea Nacional, señaló que "no hemos logrado superar el techo, porque hemos estado empeñados en resolver el problema con las mismas herramientas del capitalismo. Mientras sigamos viendo las viviendas como una mercancía, no vamos a solucionar el problema. El problema de vivienda se resuelve en socialismo".
La propuesta del ex ministro, Farruco Sesto, Vivienda para el Socialismo en 2009, recogía parte de esta ideología: "La actuación en materia de vivienda en un país en transformación socialista, debe impregnarse de socialismo y consustanciarse con su espíritu". Pero ¿qué hay de cierto en ello?
¿Qué dicen las cifras?
La falta de planificación y políticas coherentes entre todos los sectores se han convertido en los principales elementos que afectan a dos millones de familias que sobreviven al déficit de viviendas.
"En un gobierno revolucionario no es posible hablar de política de vivienda sin una planificación de Estado. Hasta ahora, esa planificación no existe", según señala el informe de balance de gestión de junio 2008 y febrero 2009 elaborado por el ex ministro Sesto.
Al observar las cifras de ejecución de viviedas se evidencian los efectos de la falta de planificación. Los datos que ofreció el actual ministro de Vivienda, Ricardo Molina, durante su comparecencia en la Asamblea Nacional revelan que la producción promedio anual fue de 25.857 viviendas entre 1999 y 2010. Mientras que el sector privado solo elaboró 23.740 unidades.
Si de esta cifra se excluye la construcción de viviendas durante los años 2002, 2003 y 2004, por las consecuencias del "golpe y saboteo petróleo", el promedio de edificaciones hechas por el Gobierno asciende a 35.000, según Molina.
"Hemos llegado a producir 35.000 viviendas al año. Cualquier persona pudiera decir que no hemos logrado hacer más que en los 40 años, pero tenemos un pequeño detalle (...) En Revolución estamos construyendo casas de 70 metros cuadrados, adecuadas a la familia venezolana, con todas las normas de arquitectura y habitabilidad", expresó.
Estas cifras se traducen en 284.427 viviendas construidas durante 12 años del Gobierno de Hugo Chávez, mientras que el déficit estimado es de 2 millones.
La meta es cubrir esa necesidad en seis años. "Todos nosotros estamos dispuestos a jugarnos el pellejo, para que en los próximos seis años cumplamos esa meta", expresó el ministro Molina.
No obstante, el sector construcción considera que es un objetivo ambicioso, tomando en cuenta que en 12 años solo se han construido 284.427 viviendas y que aún siguen sin definirse estrategias entre el sector público y privado. A esto se agrega la falta de insumos.
Argumentan que realizar dos millones de soluciones habitacionales en seis años implica levantar unas 333 mil viviendas por año, alrededor de 27 mil al mes y 925 por día, sin contar los planes paralelos que deben ejecutarse para garantizar el derecho a una vivienda de futuras generaciones, como lo consagra la Constitución de la República.
El Universal
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