El ministro de Finanzas, Jorge Giordani y el presidente del Banco Central, Nelson Merentes, afirman que la inflación pierde fuerza y, ciertamente, el avance de 1,4% en marzo es el más bajo en lo que va de año, no obstante, todo indica que factores estacionales que desaparecerán en el corto plazo son los que permiten el respiro.
Las estadísticas del BCV desnudan que la desaceleración de los precios obedece a los tiempos de cosecha y a la rebaja de los productos agrícolas, un ítem que tiene un peso bastante elevado en el índice que mide la inflación.
En febrero el precio de los productos agrícolas registró una caída de 2,1% y en marzo, otro descenso de 3,4%, pero la historia indica que al agotarse la cosecha, algo que ocurre velozmente, los costos vuelven a tomar el ascensor.
Una muestra de que el desajuste está presente es el núcleo inflacionario, un indicador que mide la evolución de los precios limpiando los factores estacionales y la contención temporal que crean los controles.
El núcleo inflacionario aumentó 2,4% en marzo y en el primer trimestre acumula un salto de 7,7% que resulta el más elevado para este período de los últimos tres años.
Incluso el núcleo inflacionario registra un alza de 8,5% en el precio de los alimentos elaborados durante los primeros tres meses de 2011, un resultado que presagia aumentos importantes en el mediano plazo.
De hecho, el Gobierno devaluó la moneda en enero y aun no ha permitido que los productos con precios controlados que incluyen a la canasta básica, reflejen por completo el impacto en los costos.
El Ejecutivo realiza el ajuste por goteo en un intento por evitar un impacto concentrado pero los consumidores no tienen escapatoria en el mediano plazo. Sólo la semana pasada, se autorizó un incremento promedio de 32% en el precio de la leche en polvo y de 37,5% en el aceite comestible.
Al efecto que tendrá en los precios un alza en el tipo de cambio para las importaciones desde 2,6 bolívares por dólar hasta 4,30, se añade que el costo de los alimentos se ha disparado en el mercado mundial.
Así habrá que pagar con dólares más caros productos que se han hecho más costosos.
En su último informe la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), precisa que "a nivel mundial, el índice de precios internacionales de los alimentos bajó 2,9 % en marzo registrando su primera caída después de ocho meses de alza. No obstante, el índice sigue estando un 37 % por encima de su nivel de marzo de 2010".
Desastres climáticos como sequías e inundaciones han mermado la producción de alimentos en el mundo, mientras que la demanda aumenta rápidamente por la recuperación del crecimiento global.
A este entorno se añade el salto de los precios del petróleo y su impacto en el valor de los combustibles.
Las familias venezolanas sufren el mayor incremento en el precio de los alimentos de América Latina.
Entre febrero de este año y febrero de 2010 los alimentos acumulan un salto de 37,3% en Venezuela mientras que el promedio de América Latina se ubica en 8,8%, de acuerdo con el comunicado elaborado por la FAO para difundir su boletín trimestral.
Después de Venezuela, los países que registran la mayor inflación de alimentos en términos anuales al cierre de febrero son Paraguay con 17,1%, Bolivia con 17% y Argentina con 10,6%, mientras que Colombia, México y Perú tienen un impacto menor a 5%.
El incremento en el precio de los alimentos golpea con mayor fuerza a las familias de menos ingresos que destinan la mitad del ingreso a la compra de comida.
Para este año el Gobierno tiene como meta una inflación de 23% que seguirá siendo la más elevada de América Latina.
El Universal
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