miércoles, 28 de julio de 2010

El BCV comienza a financiar directamente al Gobierno

El 30 de junio, Carlos de Oliveira, presidente de la compañía, afirmó a medios de Guayana que "el plan de recuperación de Sidor viene apuntalado en un pagaré que estamos solicitando al Banco Central". Expertos indican que el crédito a la siderúrgica crea un precedente negativo.

En una transacción que expertos catalogan como el preámbulo de mayores desequilibrios económicos, el Banco Central de Venezuela le ha inyectado dinero a Sidor, empresa que pertenece al Estado y enfrenta problemas para cubrir todos sus compromisos.

El 30 de junio, Carlos de Oliveira, presidente de la compañía, afirmó a medios de Guayana que "el plan de recuperación de Sidor viene apuntalado en un pagaré que estamos solicitando al Banco Central".

El lunes de esta semana, el dirigente sindical José Meléndez explicó que el BCV aprobó la solicitud, afirmando que Sidor obtuvo un crédito de 2 mil millones de bolívares para cancelar deudas con contratistas.

A diferencia de una entidad financiera común, el Banco Central no recibe depósitos de personas y empresas, pero tiene la facultad de fabricar billetes, y en la reforma legal que aprobó la Asamblea Nacional este año se le autorizó a recurrir a esta práctica para financiar al Gobierno.

El artículo 49 indica que el Banco Central puede "otorgar créditos con garantía de títulos de crédito emitidos por la República o por sus entes descentralizados".

En la mayoría de los países se prohíbe que los bancos centrales financien al Gobierno, porque la inyección de billetes se traduce en más dinero detrás de los mismos productos y, por ende, en incremento de precios.

Un factor a tomar en cuenta es que el dinero que fabrica el BCV se multiplica al ingresar a la economía.

Por ejemplo, crea mil bolívares con los que Sidor le paga a una empresa contratista y ésta los deposita en un banco privado. El banco privado está obligado a conservar 300 bolívares a manera de reserva, pero puede prestar 700 bolívares a una persona que compra una casa.

Así, ya no existen solo mil bolívares, también circulan por la economía los 700 que tiene el vendedor de la casa.

Datos oficiales de la liquidez y el dinero base creado por el Banco Central señalan que actualmente por cada bolívar que origina el BCV se realizan pagos por 2,3 bolívares.

Puerta abierta

Tomando en cuenta que esta transacción se limita a 2 mil millones de bolívares y que la cantidad de dinero en la economía solo ha crecido 6,7% en lo que va de año, el impacto del financiamiento a Sidor es mínimo, pero para José Guerra, ex gerente de Investigación Económica del BCV, constituye un precedente importante.

"Esto es significativo, indica que todas las empresas del Estado que necesitan cuadrar sus cuentas comenzarán a recurrir al Banco Central, esta es la práctica que en el pasado desbordó la inflación en países de América Latina, déficit fiscal financiado con dinero".

Agrega que "esto destruye la institucionalidad del Banco Central".

Efraín Velásquez, presidente del Consejo de Economía Nacional, advierte que "si estimulas la demanda con inyección de dinero, pero tienes problemas para generar oferta, lo más probable es que no obtengas crecimiento sino presión inflacionaria".

Desde su punto de vista "tenemos cuellos de botella en la oferta por las restricciones de Cadivi, el Sitme, el racionamiento eléctrico y el impacto de la devaluación".

"Una visión más amplia nos dice que estamos ante un problema de coordinación de la política monetaria, cambiaria y fiscal", dice Efraín Velásquez.

Otro factor a considerar es que el incremento de bolívares en circulación aumentaría la demanda de dólares en momentos en que existe escasez de divisas en la economía y gremios empresariales señalan que habrá desabastecimiento.

En los últimos doce meses, Venezuela sufre la mayor inflación de América Latina con un incremento de precios de 30%, que ha impactado el poder de compra del salario.

Al mismo tiempo, la economía acumula cuatro trimestres consecutivos de caída y las proyecciones de firmas especializadas estiman que el declive en el año alcanzará entre 4 y 5%.

El Universal

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