En un contexto donde la capacidad productiva del país está deteriorada las importaciones son la tabla de salvación a la que se agarra el Gobierno para abastecer el mercado local.
Lejos de disminuir las compras al exterior, el Ejecutivo nacional parece dispuesto a invertir el ingreso petrolero en la adquisición de productos foráneos. La semana pasada oficializó la resolución mediante la cual los entes y organismos de la Administración Pública quedan exentos de los trámites de importación durante los próximos doce meses.
Aunque se señala que se pretende garantizar el "suministro oportuno de bienes y mercancías" en áreas como la seguridad alimentaria, salud y vivienda, el campo de acción de la medida aplica a "todas aquellas áreas que permitan elevar el bienestar de la población".
En el sector privado interpretan que la decisión puede ser una estrategia del Gobierno para postergar la actualización de los controles de precio y evitar un posible desabastecimiento en los rubros esenciales.
Más allá de esa lectura, la simplificación de las importaciones para el sector público descubre el fracaso de los distintos intentos anunciados por la administración de Hugo Chávez por sustituir esas compras en el exterior y diversificar la economía nacional.
"Es una confirmación de que la política industrial del Gobierno es una política de importaciones", afirmó Ismael Pérez Vigil, presidente ejecutivo de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).
"No podemos seguir dependiendo de esa variable exógena que es el precio del barril de petróleo", dijo Chávez el día que asumió el poder en 1999. Desde entonces hasta la fecha, al menos en cinco ocasiones el Gabinete económico diseñó planes para reemplazar importaciones, pero al analizar las cifras oficiales se observa que estas sólo se han incrementado sostenidamente.
Recetas sin resultado
Desde Luisa Romero, ministra de Producción y Comercio en 2001, hasta Ricardo Menéndez, actual ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (Mctii), se ha repetido la necesidad que tiene la economía de disminuir la dependencia de las compras externas.
No obstante, los datos del Banco Central de Venezuela (BCV) revelan otra realidad. En 1999 el monto total de importaciones fue de 14.492 millones de dólares, pero doce años después fue de 38.613 millones de dólares. Cuando se mira este indicador entre 2003 y 2010 se observa que en ese lapso se ha casi cuadruplicado al pasar de los 10.483 millones de dólares a 38.613 millones de dólares.
Dentro de ese total destaca el salto de las importaciones públicas no petroleras, que en 1999 eran de 934 millones de dólares y el año pasado cerraron en 7.608 millones de dólares, esto es, 714% más.
Ese repunte se produce justo cuando el Gobierno anunció dos planes de sustitución de importaciones. A finales de 2009, Jesse Chacón, ex titular de la cartera de industria, presentó 27 medidas para "estimular el desarrollo económico productivo". "Creación de medidas de salvaguardia" en sectores estratégicos para proteger la industria local era uno de los componentes de ese paquete. "Estamos seguros que con esto vamos a crear el soporte que nos va a permitir comenzar nuevamente, dentro del marco de las crisis económica mundial, a ganar el terreno que queremos y es que el petróleo nos sirva para apalancar otras áreas estratégicas donde tenemos capacidades", dijo Chacón.
Poco después, en enero de 2010, el Ejecutivo lanzó el Fondo Bicentenario, el 0800 Produce y el 0800 Exporta para elevar el rendimiento del aparato productivo y disminuir las compras a otras naciones. Sin embargo, entre 2009 y 2010 las importaciones públicas no petroleras pasaron de los 5.321 millones de dólares a los 7.608 millones de dólares para dibujar un crecimiento de casi 43%.
El Universal
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