lunes, 3 de enero de 2011

La devaluación tendrá mayor impacto en los más pobres

65% del presupuesto de los estratos D y E se gasta en alimentos y medicinas

La devaluación del bolívar trae consigo una serie de costos políticos, económicos y sociales, que quizás el Gobierno nacional no está dispuesto a asumir, situación que, a juicio de Luis Vicente León, director de Datanálisis, generará mayores distorsiones en la economía venezolana.

Considera que la devaluación debe venir acompañada de una serie de anuncios que permitan garantizar la oferta de productos en el mercado.

En un primer escenario, estima que lo ideal es que el Ejecutivo permita el desplazamiento en los precios de todos los productos que están afectados por esta medida.

Entre las importaciones que se realizaban al tipo de cambio de Bs 2,60 por dólar figuran alimentos y medicinas, rubros que de acuerdo con los cálculos de Datanálisis conforman más del 50% del presupuesto familiar nacional.

Esto impactaría principalmente en la población de menos recursos, pues las personas que conforman el estrato socioeconómico D y E destinan más del 65% de sus ingresos a la compra de alimentos y medicinas.

"Esto quiere decir que el 65% de lo que gastan estará impactado por la inflación, la capacidad de compra porcentualmente estará muchísimo más afectada que la capacidad de compra de la clase media o alta. El impacto de esta devaluación es más fuerte en los más pobres, mientras que la del año pasado tuvo más impacto en la clase media", explicó León.

En el caso de los estratos socioeconómicos A, B y C la población destina 43% del ingreso familiar a la compra de alimentos y medicinas.

León señala que si el Ejecutivo accede a revisar los precios de dichos productos, que buena parte de ellos están regulados, la medida tendrá un impacto de entre 15% y 18% en la inflación global.

"Ese es el impacto sin contar los efectos inflacionarios que ya había en esa economía antes de la devaluación. Será eso más lo que traiga per se. Eso es si todos los precios se pueden desplazar. Son altos los costos pero la economía va a funcionar porque habrá abastecimiento".

Para León las declaraciones del presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, de que la "unificación" en la tasa de cambio oficial no influirá significativamente en la inflación, lleva a pensar que el Ejecutivo podría extremar los controles para evitar que se disparen los precios.

No obstante, apunta que si no se corrigen los precios de los productos afectados por la devaluación las consecuencias recaerán sobre el abastecimiento, debido a que será difícil sostener la producción.

"Ellos están ofreciendo que la inflación no se moverá mucho y ya de entrada eso lo que indica es que el Gobierno va directo a extremar la política de control de precios. Eso es tratar de corregir una distorsión con otra (...) Si deciden controlar los precios es imposible sostener los procesos de producción y tendrá desabastecimiento si no reconoce el alza de costos de la devaluación".

El riesgo

El aparato productivo no está en capacidad de producir si no se reconocen, en los precios regulados, los incrementos en los costos que tendrá la modificación del cambio oficial de Bs 2,60 a Bs 4,30, que está vigente desde el 1° de enero.

León señala que el Gobierno puede considerar que este es el momento para sustituir al sector privado tomando los sistemas de producción para garantizar la operatividad de las industrias, a pesar de las distorsiones que haya en el mercado.

"Yo creo que el Gobierno o cede y permite que los precios se ajusten y el mercado tenga productos, o se va a ir a la toma de las empresas porque cree que puede hacerlo asumiendo los costos de mantener los procesos productivos en pérdidas".

Moneda sin valor

León explica que la devaluación era una medida necesaria porque el bolívar ha venido perdiendo valor debido a la aplicación de políticas económicas y monetarias inadecuadas, que han afectado la oferta de bienes y servicios desestimulando la producción y la inversión privada.

"Un gobierno económicamente serio habría devaluado a una tasa única abriendo el mercado, y dejando que la moneda se colocara a una tasa más arriba para dejar que se estabilizara el mercado. Con eso hubiera tenido que aceptar costos políticos, económicos y sociales. Pero la única manera de resolver el problema, en el fondo, es tratar que la moneda se desplazara hacia su valor real".

Estima que si no se corrigen las políticas de estatizaciones, la amenaza contra el sector privado, la estrategia monetaria y fiscal, a futuro habrá otras devaluaciones.

Considera que la modificación aplicada en enero de 2010 tuvo poco impacto en la inflación porque los precios ya habían aumentado en enero de 2009, producto de las restricciones en la emisión de divisas a Bs 2,15 que obligaron a los importadores a adquirir divisas en el mercado de permuta.

El Universal

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