La "Gran Misión Vivienda" no tiene de nuevo ni siquiera el nombre: hace siete años, el 22 de julio de 2004, se había anunciado el lanzamiento de una Misión Vivienda, solo que después se le cambió la denominación por Misión Hábitat.
La idea de hacer un registro nacional tampoco es original. El concejal metropolitano Alejandro Vivas, quien desde noviembre pasado preside la Unidad de Seguimiento de Desarrollos Urbanos, dice que ya se han hecho once censos o registros nacionales en esta materia.
Tampoco las promesas, claro, son nada nuevas. En más de doce años de gobierno, por el despacho encargado del tema vivienda (Minfra sustituyó a Mindur, luego se creó Vivienda y Hábitat, después el Mopvi, y después otra vez Vivienda y Hábitat) han desfilado doce ministros y se han elaborado siete grandes planes: el plan Avispa (subprograma del plan Bolívar 2000), Misión Hábitat en 2004, misión Villanueva en 2006, misión 13 de Abril en 2008, misión Barrio Tricolor en 2009, un plan ruso de construcción de viviendas en 2010 y ahora la Gran Misión Vivienda.
En los últimos cinco años, solo en la Gran Caracas se han prometido construir casi 75 mil casas pero solo se han erigido 2.550, es decir, el 3,4%.
Muchas obras pasan de un plan a otro: el proyecto Ciudad Caribia ya se menciona en la misión Hábitat como Ciudad del Indio, luego en la Villanueva y ahora vuelve a aparecer. El hecho es que allí solo se han entregado 216 casas de 20 mil prometidas, pues se han encontrado demasiadas dificultades en el terreno para dotarlas de servicios. El lugar está en medio de la nada, 38% de su territorio era zona protectora y las vías tienen pendientes de hasta 20%. A otros proyectos no les ha ido mucho mejor: 436 viviendas entregadas en Ciudad Belén (también construida en una zona de deslizamientos) de 18 mil prometidas y 312 en Ciudad Mariche de 15 mil.
Nombrar un proyecto habitacional en obras en Caracas es hablar de un retraso: Turmerito, Gramovén, Brisas de Panteón, Rosa Mística o Santa Rosa. En esta última, el alcalde de Libertador Jorge Rodríguez anunció una inversión de 106 millones en julio de 2009 para hacer 150 apartamentos en ocho meses. En febrero de 2011, la presidenta de Fundacaracas, Paola Posani, anunció la asignación de 85 millones para la misma obra, en donde hasta hoy no se ha construido nada.
Los proyectos se superponen unos a otros y, como dice Josefina Baldó, quien dirigió el Consejo Nacional de la Vivienda en los primeros quince meses del primer gobierno de Hugo Chávez, nadie se preocupa de hacerles seguimiento. ¿Quién rindió cuentas por la misión Hábitat, que juraba que en 2021 no habría un venezolano sin casa? ¿Se volvió a hablar del Programa de Sustitución de Rancho por Casa o del Programa Ocho, que tantas esperanzas levantaron? ¿Qué barrio fue transformado por esa Unidad Operativa para la Transformación Integral de Barrios -Uotib- creada en mayo de 2008?
Baldó cree que el problema principal nace de la ausencia de una política integral: "Cada día hay una misión, un nuevo programa y ningún norte, no hay metas precisas".
Vivas, por su parte, cree que el gobierno de Chávez comenzó con buen pie en materia de vivienda, con aquellos programas de rehabilitación de barrios que dirigía la propia Baldó desde el Conavi, pero que luego perdió el norte: "Tomó un esquema importado de Cuba, que le decía que el problema es la injusta distribución de la tierra, y surgen los comités de tierra. Después fue la idea de desconcentrar ciudades, y así surgió el Eje Orinoco-Apure y esas grandes ciudades socialistas. La idea era desconcentrar Caracas, emprender esas movilizaciones forzadas que a través de la historia siempre han terminado en fracasos".
Hoy el énfasis ha cambiado, y así la nueva Misión Vivienda ni siquiera menciona a los barrios y la necesidad de mejorarlos, ni toma en cuenta que el 14% de la población caraqueña vive en zonas de riesgo.
Por último hay un dato que menciona Vivas y que tal vez podría explicar la ineficacia de todos los planes de vivienda que se han anunciado: cada uno fue lanzado en medio de algún evento electoral. Lo que importaba era la promesa; su cumplimiento era secundario.
El Universal
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