Básicamente, el esquema contempla que los bancos le compren al Gobierno certificados y cédulas hipotecarias para concretar el aporte.
Gracias a la rebaja de las reserva que obligatoriamente las entidades financieras deben tener en el Banco Central, conocida técnicamente como encaje legal, surgen los primeros 10 mil millones de bolívares que llegarán a manos del Gobierno a través de la compra de certificados.
Pdvsa creará un fideicomiso en el Bandes. Luego, el Bandes emitirá unos certificados que las entidades financieras privadas comprarán a través del Banco Central con el dinero que se libera tras la rebaja del encaje legal.
Finalmente, el Banco Central transferirá los recursos al Fondo Simón Bolívar donde se están almacenando los bolívares destinados para la construcción de las viviendas.
Se contempla que los certificados tengan un plazo de vencimiento entre tres y cuatro años y reciban intereses entre 1% y 5% anual.
Al mismo tiempo está previsto que las entidades financieras compren otro lote de certificados por el orden de 6 mil millones de bolívares, pero como se trata de dinero que no estaba inmovilizado en el BCV sin reportar dividendos, se negocia la posibilidad de que tengan un rendimiento superior.
Finalmente, las entidades financieras comprarán unas cédulas hipotecarias que contempla emitir el Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (Banavih) respaldadas con el Fondo de Ahorro Obligatorio de la Vivienda.
El Banavih prevé emitir cédulas hipotecarias por un monto máximo de 6 mil millones de bolívares y aun no existe un acuerdo definitivo sobre el plazo y el rendimiento.
El Universal
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