El riesgo país, un termómetro que mide la diferencia entre el rendimiento que exige un inversionista para no comprar bonos del Tesoro de Estados Unidos y adquirir papeles venezolanos, inicia la semana en 11% una magnitud que supera con creces a 1,16% de Chile, 1,48% de Perú, 1,49% de Colombia, 1,64% de México 1,75% de Brasil, 4,95% de Argentina y 8,41% de Ecuador.
Para las naciones en desarrollo es importante contar con una baja percepción de riesgo, a fin de obtener préstamos en el mercado internacional a menor costo y atraer inversión extranjera, condición necesaria para aumentar los puestos de trabajo e impulsar mejoras tecnológicas.
Operadores de deuda explican que la elevada percepción de riesgo se asocia al temor a que por razones políticas el gobierno venezolano no cumpla con el pago de sus compromisos, vulnerabilidad de las cuentas fiscales por la elevada dependencia del petróleo, dudas sobre la capacidad de producción de Pdvsa e incertidumbre por nuevas emisiones de bonos que pueden afectar el precio de los que ya se encuentran en el mercado.
Pero también mencionan la falta de una efectiva estrategia de comunicación con los fondos de inversión que tienen en sus portafolios los bonos emitidos por la República y Pdvsa.
Aseguran que si el Ministerio de Finanzas y Pdvsa le dijeran claramente al mercado el monto de los nuevos bonos que piensan emitir y Pdvsa hiciera público el plan que tiene para cambiar a legislación internacional los títulos que están bajo la ley local el riesgo país descendería en varios puntos.
La República paga un alto precio por la percepción de riesgo del mercado. En 2009 el Ministerio de Finanzas vendió bonos a un plazo de 15 años a una tasa de interés de 8,25% y en 2010 tuvo que colocar bonos a 12 años a una tasa de 12,75%.
Pdvsa tampoco escapa. En 2009 colocó bonos a siete años a una tasa de interés de 5,12% y en 2010 emitió nuevamente a siete años pero a una tasa de interés de 8,5%.
Para disminuir el impacto de las exigencias del mercado el Gobierno obtuvo de China un préstamo por el equivalente a 20 mil millones de dólares a cambio de suministro de petróleo en condiciones ventajosas para el gigante asiático.
No obstante, el desembolso de los recursos está condicionado a la puesta en marcha de planes de desarrollo específicos y la administración de Hugo Chávez necesita divisas para cubrir otras necesidades.
En su último informe sobre el país Morgan Stanley explica que Venezuela enfrenta sequía de divisas porque la política que implementa el Gobierno, con expropiaciones, carencia de derechos de propiedad y creciente participación del Estado en la economía, ha tenido como consecuencia el declive de la capacidad de producción y mayor dependencia en las importaciones.
Morgan Stanley calcula que este año la demanda de dólares en el país estará en torno a 60 mil millones de dólares, de los cuales, 43 mil 600 millones serán para cubrir importaciones y el resto para el pago de deuda externa, servicios y transferencias.
Si en vez de las cifras oficiales sobre la producción de Pdvsa se asume la que indican Energy Intelligence Group y el Departamento de Energía de Estados Unidos, el país tendría que recurrir nuevamente al mercado de bonos para obtener dólares y cubrir todas las necesidades de divisas.
Morgan Stanley calcula que si la cesta venezolana se cotiza este año a 75 dólares el barril se necesitarían alrededor de 15 mil millones de dólares.
Pero en lo que va de año la cesta petrolera venezolana se cotiza a un promedio de 85 dólares, un nivel que de mantenerse, disminuirá el monto de las emisiones de bonos que tiene que hacer el país.
El Universal